LEE MILLER- DESTELLOS DE FLASHES DESDE UNA BAÑERA PROHIBIDA

LEE MILLER- DESTELLOS DE FLASHES DESDE UNA BAÑERA PROHIBIDA


Lo curioso de una historia no tiene mucho que ver con el cómo acaba sino, más bien, en cómo se va tejiendo hasta que llega al final.

No tengo ni idea de si Lee era una gran tejedora o no, pero lo que tengo claro es que tenía una gran capacidad de abrir puertas con tan solo una sonrisa.

Ella, que desde muy pequeña se había acostumbrado a posar ante los flashes de su padre, era conocedora de su aplastante belleza y, no dudó a lo largo de su vida en utilizarla para su propio beneficio.

Pero no, a diferencia de lo que podamos pensar, no era únicamente una cara bonita resignada a convertirse en el cartel de unos grandes almacenes, o una flamante portada de las revistas de moda.

 No, hacer esa descripción de ella, sería borrar de un plumazo su verdadera personalidad.

Lee, era una gran fotógrafa que dedicó toda su vida a inmortalizar el mundo a través de su cámara.

Y es que su mirada iba más allá de las luces que la rodeaban. Sus pensamientos buscaban sin cesar una nueva aventura que vivir o, un instante fugaz que pusiera patas arriba las convicciones, los formalismos y la moralidad de la época.

Quizás fue la falta de esta o, el exceso de confianza en su belleza, la que propicio la mañana del 30 de abril de 1945, que se colara, por la puerta grande en la bañera de Adolf Hitler, el mismo día en que este perdía la vida.

No sé si fue un acto de rebeldía, pero sí de valentía, que fue cociendo a fuego lento entre partidas de cartas, medias de seda, y confidencias con los militares del bando contrario.

Y es que ella, ideó un plan, que estructuró de forma meditada junto a su colega y confidente David E. Sherman y como buena artista lo vistió de coincidencias y de azar.

Lee, que sentía el rugido voraz del surrealismo paseándose por sus entrañas comenzó de nuevo tantas veces que, su vida acunó sin duda el término “reinventarse”.

Ella, no dudó ni un segundo en poner tierra de por medio a los éxitos cosechados como modelo de la mano del Condé Nast en la revista Vogue para, convertirse con esfuerzo y tenacidad en la aprendiz y compañera de Man Ray en el París de los artistas de principios del siglo XX.

Su belleza hizo que sucumbiera, sin pretenderlo, una y otra vez en el oficio de musa. Etiqueta que arrastró a lo largo de su vida, haciendo que la autoría de muchas de sus fotos, aún a fecha de hoy, se le hayan atribuido a sus maestros o amantes.

Desnudó sin descanso su alma, despojándose de todo arbusto que quisiera hacerle sombra, en busca de sabias nuevas, colores, texturas, formas y luces.

Buscó la estabilidad en su estudio fotográfico y cuando el equilibrio se tornó monotonía, aprovechó el giro de guion en el transcurso del mundo, y se situó, por voluntad propia, como fotoperiodista en la segunda guerra Mundial.

¿Encontró su lugar?, no lo sé, lo que está claro es que forjó con sus disparos su sitio en un mundo reservado sólo para hombres.

Esos mismos hombres convertidos en soldados, fugitivos y espías a los que tantas veces cameló, sedujo y engañó a cambio de una noticia o información que la condujeran hacia una buena foto.

Esa foto, que le abrió la puerta a la historia aquel día de primavera en la que se transformó en rocío para purificar con sus flashes las escenas sangrientas que albergaban los disparos de su corazón.

Pero olvidó que el barro de las botas tiñe las alfombras rojas, y no hay agua que limpie la mancha de las vidas que se perdieron sin razón.

Lady Penrose, tuvo que apagar su foco, aquél que tantas veces le mostró fama, arte y pasión. Rebobinó su último carrete y aunque con todas sus fuerzas lo intentó, no pudo quemar los negativos que abrieron brechas profundas en su interior.

 Nos dejó grabada en la retina, la mayor de las vendettas convertida en imagen desde aquella bañera que no consiguió detener su flash y, como un admirador más se rindió a su eterna sonrisa.

                                                                                                                      Meritxell









Categoria

Nom / Nombre / First Name  *Si us plau, introduïu el vostre nom
Email *Si us plau, introduïu el vostre correu
En què estàs interessat? / What are you interested in? *
Política de Privacitat *

He llegit i accepto la política de privacitat  (llegir més)

I have read and accept the privacy policy

Les dades requerides com a imprescindibles són necessaris per a posar-nos en contacte amb tu en resposta a la teva consulta. Mai els cedirem a terceres parts ni els farem servir per a un altre fi que no sigui l'anteriorment descrit