TÍTOL: “My lady” Homenaje a August Macke
Mida: 160 X 60 cm.
Técnica: Acrílic sobre fusta
Data: Agost 2014 - Febrer 2015
Quadre : Venut
"¿ Cómo empecé? … no lo sé, la cuestión es que empecé, sin más, ante la posibilidad de tener demasiado tiempo para pensar, me surgió la idea de ocupar mi mente, precisamente para no hacerlo.
¿Por qué no?, no se trata de olvidar, sino más bien de anular toda orden generada por el cerebro.
Una madera vieja reciclada en la que, hace tres años, pinté con los ojos vendados. Un experimento que podría tratarse únicamente de eso.
El resultado obtenido fue el reflejo de un juego, en una tarde del mes de mayo en la que el calor ya empezaba a hacer estragos.
Jugamos todos. Yo me vendé los ojos, mis compañeros escogieron dos colores que no descubrí hasta que di por finalizada la obra, si es que así puede llamarse.
Un suave rosa pastel se fundía con un azul cielo, entre círculos y pinceladas desordenadas que le daban al cuadro un aire etéreo, tranquilo y suave.
Nada aprovechable pero sí divertido.
Y decidí quitarme la venda y empezar de nuevo, esta vez bajo la supervisión de un mes de agosto marcado por la lluvia y la humedad.
Tres capas de pintura blanca dejaron atrás las risas y la incertidumbre. Y a empezar, o mejor dicho, continuar sobre mis pasos. Pero ésta vez con un objetivo, vaciarme, deshacerme, fundirme en la obra.
Escogí a August Macke, ¿por qué?, tampoco te sé decir, seguramente por sus colores, ese toque de alegría…
Sólo conozco un camino para aniquilar los pensamientos que asaltan la mente sin permiso, el color, el color elimina los grises, funde los negros y devuelve la luz a todo aquello que toca.
Y empecé con prisas, como sólo puede empezarse cuando te dan una segunda oportunidad.
Dibujé con cinta de pintor los contornos, reservando los blancos, porque en el lienzo, como en la vida, siempre hay que reservar un espacio para el blanco.
Él, es el único que te permite pintar de nuevo sin ensuciar los colores futuros.
Dividir, dividir en parcelas, estructurar y buscar la forma entre las rectas, dejar que el pincel se deslice, acariciando, inspeccionando el fondo, silenciando a su paso cualquier resto del pasado. Dejar paso a la intuición para reconocer sin palabras, cada trocito, cada línea, cada color.
Mezclar la pintura, descubriendo, cocinando improvisados tonos de azules, verdes y ocres, porque no podía faltar el ocre.
Me deshice, conseguí fundirme en él y el mundo desapareció. Como si de repente mi cuerpo hubiera saltado al vacío, liberándose de toda estructura, desatando las cuerdas que me anclaban al suelo, liberándome de mí, para por fin, ser yo de nuevo.
Meritxell
“My lady” Homenaje a August Macke.
Agosto 2.014-Febrero 2.015